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CAYOBARIEN

EL SER MÁS FELIZ DEL MUNDO.

EL SER MÁS FELIZ DEL MUNDO.

Soy el ser más feliz del mundo, fue el mensaje que Jorgito Pausán, el bailarín y coreográfo caibarienense, dejó saber a los suyos esta semana cuando narraba sus experiencias en Sucre-Cumaná, como parte de la misión Corazón Adentro, en tierra  venezolana.

Y se consideró el más feliz porque para quien el espiritu  es lo más importante , el regocijo de ver agazajado su esfuerzo y el calor humano que representan sus lazos con las personas que conoció en tierra lejanas, cobran fuerza y valor.

Por eso cuando presentó en el teatro de la localidad de Sucré-Cumaná su trabajo con los alumnos, hizo la demostración de una clase y finalmente bailó, recibió a teatro lleno la más conmovedora ovación.

Para este joven integrante de la compañía villaclareña: Danza del alma, su estancia en Venezuela quedará siempre en él.

Jorgito Pausán  regresa a Cuba este 28 de marzo, entonces tendrá mucho que contar sobre su mayor felicidad.

LLEGÓ LA FIESTA DE LA DANZA A CAIBARIÉN

LLEGÓ LA FIESTA DE LA DANZA A CAIBARIÉN

Verdadera resultó la Fiesta de la Danza, Caibarién 2011 cuando en el teatro América de esta ciudad, situada al norte de la provincia de Villa Clara se presentaron grupos de escuelas primarias y secundarias y de la casa de cultura Manuel Corona, institución auspiciadota del evento que también permitió el concurso “Los niños pintan la danza”.

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Fotos aquí:

SENTIDO COMÚN

La agrupación Sentido Común, ofreció concierto en la sede de la UNEAC ( Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) en Caibarién. Dirigidos por Angela Sañudo (clarinete) , la agrupación la integran además Yoandris Sierra (piano) y Silvio Alfonso (batería).Estuvo de invitado en la guitarra: Roberto Fortún.

En el video la información a la manera de la periodista Mary Alonso Sosa y de Noticias Centro Norte ( El noticiero de la televisión local en Caibarién)

Y SI ELLA VOLVIERA

Y SI ELLA VOLVIERA
http://www.youtube.com/watch?v=J6Uxry9UzHo

Por: Zuloaga Martínez

Sonia González llega a Caibarién para hacerse cargo de la escuela y va a parar a casa de los Castro. En ese preciso momento Guillermo Castro echaba fuera a su esposa Laura por adúltera. Sonia, que amaba a Guillermo desde niña e ignoraba su matrimonio, se dedica a consolarlo. El termina por enamorarse de ella…

Sinopsis:Es un melodrama terrible, lleno de situaciones falsas. La película tiene algunas buenas fotografías de exteriores, pero el resto no merece la pena. Mediocre la interpretación. Desarrollo lento…

Críticas: No me resulta sensato presentar de esta manera a una película que casi todos los caibarienenses conocen porque fue filmada en su terruño natal en la década del cincuenta de pasado siglo, pero, desafortunadamente, estas fueron las valoraciones que más se aproximaron a las mías, las que comparto y acepto con esa especie de sabor agridulce de lo que uno ama a pesar de los pesares.

 Y aún así ¿Y si ella volviera después de 50 años solamente para mostrarnos aquellos paisajes únicos, vírgenes, paradisíacos , a aquel Caibarién con todas sus bellezas y miserias, a aquel Caibarién que la trajeron aquí y que nos dejó en el celuloide? ¿No valdría la pena? ¿No le perdonaríamos esa mediocridad?. Me acercaré a ella entonces cauteloso, pero agradecido, por afianzarnos en esa pasión, en ocasiones desmedida; que sentimos los cangrejeros por este pedacito de Cuba situado al centro norte de nuestro verde archipiélago, por habernos mostrado a un Caibarién que al paso del tiempo deslumbra a miles de visitantes por sus bellezas naturales y que ella escogió para su natural escenografía. ¨ Y si ella volviera¨ no pasará jamás a la cinemateca de Cuba como algo significativamente importante, no será jamás ¨Fresa y chocolate¨ , pero por allí andan caibarienenses de todo el mundo tratando de hacerse de viejas copias que guardan como un tesoro.

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INICIAN JORNADA DE LA PRENSA CUBANA EN LA VILLA BLANCA

INICIAN JORNADA DE LA PRENSA CUBANA EN LA VILLA BLANCA

Con el maestro (José Martí) como principal guía, los trabajadores de la prensa en Caibarién dieron incio a la jornada de la prensa cubana este primero de marzo, con una peregrinación hasta el monumento en el paseo que lleva ese nombre: José Martí.

Allí, Ignacio González Olivera, corresponsal de prensa, hizo referencia la labor de Carlos Manuel Serpa Maceira (agente Emilio), que recibió esta semana el carné de la UPEC (Unión de Periodista de Cuba).

La expo: Periodistas en acción fue inagurada en la galería de arte Leopoldo Romañanch con instantáneas que reflejan el desempeño de los trabajdores del sector en los órganos de prensa del municipio. ( CMHS. Radio Caibarién y CNTV . Centro Norte televisión)

Hasta el catorse de marzo se extiende la jornada de la prensa cubana, cuando los periodistas, redactores y otros trabajadores del sector desarrollarán actividades, entre ellas;recorridos por centros de interés.

6TO FESTIVAL MUNICIPAL DE TELEVISIÓN EN CAIBARIÉN

El 6to Festival Municipal de TV en Caibarién se realizó en áreas del centro recreativo Villazucar, en este municipio de la provincial de Villa Clara, Cuba. En el video aparencen las premiaciones.

Estos son los resultados finales:

Categoría Recreción de la Realidad:

1er premio: Programa: Así como te lo cuento.

                 Realizador : Losman Trujillo.

2do premio: Programa: Al pie del camino

                 Realizador : Mary Alonso Sosa.

3er premio: Programa: Notas en la memoria

                 Realizador : Frank Rodríguez.

Mensajes de bien público:

1er premio: Spot: Prevención del VIH_SIDA

                 Realizador : Freddy Juan.

2do premio: Spot: Día de los padres.

                 Realizador :Yosvany Mayoral.

3er premio: Spot : Parquesito Infantil.

                 Realizador : Maikel Molina.

Categoría Difusión de la Realidad.

1er premio: Testimonio : Entre claros y oscuros

                 Realizador : Ivonne Espada.

2do premio: Reportaje : Parque La Caoba.

                 Realizador : Ivonne Espada.

                 Comentario: Higiene en Van Troi 2

                 Realizador: Jeidy Abreu.

3er premio: Comentario: Desastre en la Pizzería

                 Realizador : Mary Alonso Sosa.

Mención especial: Homenaje a Manuel Corona.

                Realizador: José González.

Premios especiales:

Tema: Comunitario: Reportaje:Ejercicio Comunidad saludable.

                Realizador: Fausto Yasser.

Tema: Lucha contra el terrorismo: Programa: En carne propia.

                Realizador: Maria Amelia López.

Premios por especialidades.

Fotografía: Yosvany Mayoral con el reportaje: Ejercicio Comunidad saludable.

Edición : Freddy Juan con el spot : Prevención del VIH_SIDA.

Guion  : Losman Trujillo con el programa : Así como te lo cuento.

Conducción: Reyniel Mora. 

EL ARTE DE INSTRUIR

EL ARTE DE INSTRUIR

El instructor de arte Keibel Rodríguez se desempeña en la escuela primaria Fructuoso Rodríguez en Caibarién. Sobre su labor es el siguiente video del periodista:Fausto Yasser

ARTISTA DE TALLA UNIVERSAL

ARTISTA DE TALLA UNIVERSAL

Por: Frank Rodríguez Viamonte

 Cada febrero, la brisa marinera llega hasta la costa centro norte de Cuba con olor a arcilla, a madera, a música, y entonces se recuerda al artífice del cangrejo gigante que a la entrada de La Villa Blanca identifica a los pobladores de este puerto pesquero, se recuerda al creador de La Velocidad, Beata, Maternidad,  se recuerda al trombonista de la Orquesta Municipal, al dos veces “Hijo Ilustre de Caibarién”.

A cada minuto resuena su nombre en portales, escuelas, en el corazón de su gente que no lo olvida; porque quedó para siempre en la memoria de los que gracias a él, para siempre llevan el sobrenombre de «cangrejeros».

«Florencio era una persona que inspiraba un respeto enorme en el plano personal, era una gente que hacía amigos, muchos amigos, y lo que más me llamó la atención de Florencio Gelabert fue el amor que sentía por La Villa Blanca», indicó Benito Carreras, investigador de temas locales en Caibarién, quien, muy joven, tuvo la oportunidad de conocer al artista.

Para Lilia Soto Cáceres, su viuda, fue «un hombre afable, muy educado, un arquetipo de hombre exagerado».   

 «Lo recuerdo como un loco apasionado, y enamorado de su pueblo Caibarién», señala Oneido Pérez-Borroto, amigo personal del escultor. 

 

JUGANDO CON BARRO

Florencio Gelabert Pérez nació en tierra cangrejera el 23 de febrero de 1904. En la costa, recopilando piedras y caracolas descubrió aquella pasión gigante por el arte, y con latas y cordeles inventó su primer juguete que desplazaba orondo por la vía ferroviaria creyéndose un gran maquinista. Por ese entonces sobrevino el barro que bordeaba el camino de hierro y cobraron vida las primeras figuritas. Y en estos primeros años, llegó también la música…

«Estudió música en Caibarién con José María Montalván, y tocaba en la Banda de conciertos de Caibarién y en la de Remedios con Alejandro García Caturla», apuntó Lilia.

«Después, cuando fue para la Habana se incorpora a la Orquesta Filarmónica que dirigía Amadeo Roldán, y se hicieron grandes amigos», señaló Oneido Pérez-Borroto.

En 1928 matricula en la Escuela de San Alejandro, graduándose en el 1934 en la sección de dibujo, pintura y modelado.

«Estudiaba en Las Villas cuando se presentó un concurso de opción para entrar en San Alejandro y él se presentó… y se llevó el premio», asegura Lilia Soto.

En entrevista inédita, el propio Gelabert comentó a Ardelio Parrado Jiménez, realizador de sonido de Centro Norte Televisión, que para ir a Santa Clara, en su casa solo tenían 20 centavos que costaba el pasaje a la capital de la provincia y con eso se embarcó.

En Santa Clara, se presentó al concurso pero, como la beca no la otorgaban hasta el día siguiente, se vio en la necesidad de morar por una noche en el Parque Vidal.

«Me contó que cuando recibió la noticia, salió caminando y un camión lo recogió y la trajo de vuelta a su natal Caibarién», comenta Ardelio

«En casa, su madre preguntó que donde había pasado la noche y le dijo: “en casa de unos amigos, pero no te preocupes, tengo la beca”».

 MI MUSA

Años más tarde, en 1938 el artista desempolva algunos ahorros y se lanza a la conquista de Europa, quince años después encuentra a su musa, Lilia Soto Cáceres con quien contrae matrimonio en 1956.

«Cuando yo dije que era novia de Florencio Gelabert me dijeron: “pero si puede ser tu abuelo”, me llevaba 20 años y ninguno de mis hermanos quería aquel noviazgo, y mi padre me abrazó y me dijo: “si lo quieres, yo te llevo al altar”» recuerda Lilia.                                     

«Al año siguiente de nuestra boda lo llamaron para que hiciera una de sus más importantes creaciones, la trilogía del Hotel Riviera.»

Sobre su obra el propio artista expresó que cada escultura le traía un recuerdo, aunque fuese un soplo de algo lejano, los tiempos primeros, la creación en años no cómodos, las tareas de tamaño inesperado y una búsqueda constante de forma y contenido.

«En su pueblo natal dejó su huella artística mediante varios monumentos diseminados por el centro urbano y un poco más allá: —comenta Bertha Águila Guzmán, especialista principal del Museo Municipal— los monumentos a la Coronela del Ejército Libertador María Escobar Laredo y al General Antonio Maceo y Grajales, también el busto del fundador de la villa, Don Narciso José de Justa y Martínez y el monumento al doctor Alfredo Aguallo».

«El Cangrejo que nos identifica y está a la entrada de la ciudad —continúa la especialista— le fue encargado para la celebración de un caibarienense ausente en 1983.»

«Es de admirar que un hombre de 79 años de edad halla hecho ese Cangrejo. El amor fue quien lo inspiró, el que lo impulsó, quien lo hizo generar esa idea que la pudo llevar a feliz término», comentó Pérez-Borroto

«Florencio era una gente que quiso mucho a Caibarién, siempre, siempre en el lugar donde estuviera pensaba en su Caibarién», aseguró Benito Carreras.

Lilia Soto recuerda que «él adoraba ese pueblo, y el pueblo, la gente de su tierra también lo adoraba, ese pueblo era su vida.»

 

AGOSTO

Cuando parecía que el artífice llegaba hasta el cielo con su oficio, en aquel agosto terrible de 1995 el corazón le jugó una mala pasada.

«Le dio un dolor a media noche, cuando llegamos al Hospital Cardiovascular el médico dijo:” Cómo vive este hombre si tiene un corazón inmenso, demasiado grande, qué es esto, y con 91 años de edad”.»

«Entonces —continúa rememorando Lilia— él me dice bajito:” quiero morir en casa”, pero yo le respondí:”no mi vida, porque aquí van a hacer todo lo posible por salvar tu vida” y me dijo: “No, ya yo llegué a mi fin”.»

«Fuimos muy felices, un matrimonio muy feliz, (suspira) lo extraño mucho.»

La muerte nos arrancó a un artista de talla universal, a un eterno enamorado de su pueblo, de su gente, de sus calles, de sus obras. Un escultor capaz de sobrepasar los límites del retrato hacia la búsqueda de emociones humanas.  Agosto le recuerda trabajando sin descanso en el cangrejo gigante que identifica a la villa de pescadores en que nació, le recuerda en su estudio modelando figuras hasta el cansancio, o sentado durante horas junto a su esposa, como tratando de retener el tiempo, el tiempo que lo hizo eterno y ahora, a cada instante evoca su presencia.                

 

JENNE ESPINOSA , UN ARTISTA DE CAIBARIÉN

JENNE ESPINOSA , UN ARTISTA DE CAIBARIÉN

Jenne Espinosa es un artesano artista caibarienense que tiene historia que contar.

Te invito a ver el video donde él explíca su obra.

Fuente: Mary Alonso Sosa.

EL PINTOR DE LOS CAMPOS CUBANOS

EL PINTOR DE LOS CAMPOS CUBANOS

 Un acercamiento a la vida y obra de Carlos Enríquez

Por: Laura Blanco Betancourt

        Iris Celia Mujica Castellón


La figura delgadísima. El pelo negro y revuelto bajo una gorra desteñida. Los ojos grandes, siempre pícaros. Tiene 11 años y un torrente de ideas fluyendo por su cabeza.

Algunas veces calza polainas, sombrero alón y unos pantalones enormes, se encinta un revólver viejo –rescatado de los recovecos de la casa- y finge ser uno de esos bandoleros que viven en las cuevas del Boquerón o La Cantera. Otras, se le ve sobre el lomo de mansos corceles, desandando las calles de su Zulueta  natal.

Apenas piensa en los estudios. El colegio Riverón, donde reciben la enseñanza primaria los niños de la comarca, le resulta aburrido. No le complacen tampoco las charlas familiares pues el padre, don Enríquez, ve al muchacho convertido en doctor, como él, o en comerciante.

Prefiere las fugas al campo, la frescura de los ríos, el olor a roble y palmiche, el azul violáceo del horizonte. Dedica horas a contemplar los paisajes, los retiene en su mente y después, pinta.

De esta infancia brotan, a la postre, Manuel García, rey de los campos de Cuba, El hombre de Las Casimbas, Paisaje con Río y tantos más de sus cuadros pertenecientes al romancero guajiro.

Por lo pronto, un montón de hojas sueltas, el cuaderno de dibujos que regaló el abuelo hace mucho tiempo, las paredes del comedor, las baldosas del suelo: cualquier lugar es propicio para dejar las huellas de Carlitos, o Carlos Enríquez, el futuro crack de la pintura cubana.

Una mirada a la  plástica de Carlos Enríquez 

La pintura de Carlos Enríquez  ha trascendido su tiempo, y como suele suceder en el mundo del buen arte, ha ganado mayores seguidores tras el paso de los años.

 Con una personalísima interpretación de lo más legendario de sus raíces, visto a través de una exquisita sensualidad, el pintor dibujó en sus lienzos una Cuba guajira justo en la tercera década del siglo XX.

Descubrió en el campo cubano la clave para salvaguardar  la identidad criolla aplastada por la tiranía machadista,  y en el intento revolucionó la pintura cubana de la época, lisiada por un ostracismo secular.

Títulos como El rapto de las mulatas, El Combate, Manuel García, Los Carboneros,  transmiten con precisión la esencia de su obra, a la cual denominó un Romancero Criollo.

El estilo particular de Carlos Enríquez, su marcado interés por lo autóctono abrió nuevos caminos en el arte cubano, rescató del olvido  los grabados populares y los dibujos anónimos,  relegados durante años a  salones oficiales.

Retrato de Familia

Abre el siglo XX, Europa toda se estremece, estupefacta, ante la exposición de París: viejos sueños devenidos en nuevos experimentos  de la ciencia y la técnica. Latinoamérica renta sus mercados “al norte revuelto y brutal” que ofrece el grillete económico de los tratados comerciales, guiados por Mister Platt, adquiere oficialmente la condición de neocolonia al tiempo que pierde parte de la costa guantanamera.

Al interior de la provincia Las Villas, una comarca de agricultores y pequeñoburgueses puja su desarrollo entre las inestables aguas del comercio y la escasa propiedad agrícola, sin sospechar aún  de la prominente figura que arrobará en sus calles por trece años.

La familia de los Enríquez de las más distinguidas de Zulueta y de los alrededores. Fama atribuida en parte al viejo patriarca, Carlos Enríquez y López, oriundo de La Habana y establecido después en el poblado, donde garantizó su bienestar económico gracias a algunas acciones, obtenidas de la tierra. Amante de las pinturas y los negocios, murió en Zulueta en 1906 sin llegar a ser nunca un pintor o colono a cabalidad.

El primogénito, Carlos Enríquez y Acosta, graduado de médico en 1896 en la Universidad de La Habana  y radicado en Las Villas junto a su padre, también consolidó para sí amplio prestigio por sus menesteres como galeno: unas veces recorría  caballo la región para ofrecer a los campesinos sus servicios y otras, hallábase en disposición de aliviar los malestares de las familias adineradas de la zona. Su reputación fue tal que ejerció como médico de cabecera de Gerardo Machado durante la tiranía del  “asno con garras”.

En 1897 el doctor contrajo nupcias con Isabel Gómez  Diez de cuya unión nacieron cinco hijos. Uno en especial daría a la familia más preocupaciones de las imaginadas.

Carlos Primero y Fálico, Carlos Fálico y Diablo

Carlos Antonio Esteban Enríquez Gómez o Carlos Enríquez -como trascendió-  asomó a la vida el 3 de agosto de  1900.  Fue el segundo crío y el primero de los dos únicos varones del matrimonio. Inquieto y aventurero, revoltoso y soñador.

Las llanuras verdeazules de los alrededores gozaron de sus visitas tanto o más que el colegio Riverón, centro de instrucción  de los primeros grados. Perros, caballos y  paisajes le eran más gratos que la aritmética o las ciencias. Y el médico o negociante que pretendía volverlo su padre solo iba quedando un vago deseo de familia. En parte por el  carácter rebelde de Carlitos, en parte por la fuerte influencia del abuelo paterno, pues a menudo lo revolcaba entre viejos cuadernos de pintura para luego sacarle figuras infantiles de los bandoleros, ríos y galeones españoles.

De 1913 a 1919 Carlos Enríquez viajó a La Habana para cursar los estudios secundarios en el Candler College, a cargo de la orden religiosa de los Escolapios.

“Mosquito”, comenzaron llamándole sus condiscípulos, dado su rostro enjuto y timbre delgado. No obstante con su talento pictórico y las habituales portadas que hacía para  “Heredia”, la revista del colegio,  logró cautivar a todos los compañeros de clase. Pero quien más le admiraba era “Piojoloco” un alumnos dos años menor que él, atraído también por los trazos y acuarelas y despojado con posterioridad del mote para quedar simple y grandiosamente como Marcelo Pogolotti.

 La adolescencia compartida por estas futuras personalidades de la plástica cubana trascurrió entre excursiones a las costas habaneras, juegos de pelota, desfalcos a los puntos de ventas de los chinos y charlas en el colegio para satirizar a los personajes bíblicos y escandalizar al profesorado.

Tales irreverencias obligaron a don Carlos a trasladar al muchacho a la Academia Newton, donde enseñaba el poeta mexicano Salvador Díaz Mirón, compelido, como otros tantos compatriotas a buscar refugio en Cuba por los convulsos acontecimientos de la Revolución Mexicana. Todo esto en medio de un clima nacional de corrupción y desorden por los gobiernos proimperialistas de Estrada Palma, José miguel Gómez y ahora Menocal, cuya desfachatez ya incentivaba el sentimiento nacionalista de los obreros cubanos.

Por decisión del doctor Enríquez, Carlitos fue traslado a los Estados Unidos en 1920. Matriculó estudios de comercio en la Curtis Bussines School de Filadelfia y con algunas irregularidades se graduó de bachiller.

“(…) Después de fracasar en varios Preparatories schooles, en 1934 entré en la Pensylvania Academy of Fine  Arts, pero con tan mala suerte que no le fui simpático a cierto profesor Miller, tomándose este la molestia de que hacer que me despidieran de dicha academia”, escribiría en 1943 a Alfred Barr, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, ilustrado los últimos años de su primera visita a Estados Unidos.

Regresó a La Habana en 1925 y se casó con la también pintora Alice Hartley Neel, de Marion Square, Filadelfia, a quien había conocido durante su paso por la academia norteamericana. Una vivienda ubicada en la calle Revolución 3, del barrio La Víbora, constituyó el hogar de la joven pareja.   Varios bocetos y un autorretrato de atmósfera romántica conformaban entonces toda la obra de Enríquez.

 

De y por la vanguardia

Poco a poco el joven Carlos se filtra entre las capas de la intelectualidad habanera. Sus óleos estremecen a la burguesía y la plutocracia citadinas. Realismo, obscenidad, escepticismo, erotismo permean sus líneas angulosas y envuelven en ambientes sensuales los colores violentos o translúcidos de paisajes y figuras humanas.

Tales atributos señalan a Carlos Enríquez como uno de los jóvenes de la Generación del 27, movimiento plástico cubano que, con la guía de Víctor Manuel, dirige la vanguardia artística nacional por el camino de lo autóctono, de la denuncia social, de la crítica a la política corrupta de los gobernantes.

Le siguen muy de cerca los juicios elitistas del español José Ortega y Gasset, a las que Enríquez antepone su visión de que el arte nuevo, moderno, debe permanecer unido a los intereses populares pues es ahí donde radica la verdadera renovación.

En el Salón de Bellas Artes de La Habana se exhibieron durante 1925 varios cuadros de Eduardo Abela, Víctor Manuel, Pogolotti y Enríquez, la mayoría de paisajes urbanos.

La rebeldía política e intelectual de estos jóvenes evolucionó  en los venideros años y la Revista de Avance constituyó el soporte esencial para las expresiones vanguardistas, acérrimas enemigas de los convencionalismos, del imperialismo y de las tiranías.

Carlos Enríquez alternaba la pintura con el trabajo en las carboneras de uno de sus cuñados, las reuniones amistosas en la Plaza de la Catedral y las visitas a zonas rurales en busca de otros tonos para sus lienzos. Alice y Pogolotti siempre le acompañaban.

Para 1927 se celebra el XII Salón de Bellas Artes con envíos de Antonio Gattorno, Víctor Manuel y otras figuras relevantes de la plástica de la época. Las obras de Carlos Enríquez y su esposa sobresalen entre todas por los trazos neoimpresionistas.

Tiempo después en la calle Prado, sede de la Asociación de Pintores y Escultores, la Revista de Avance organiza la exposición Arte Nuevo 1927. El zulueteño escandaliza al público con dos cuadros de desnudos femeninos, retirados de la muestra antes de provocar mayores revuelos entre la crítica puritana y conservadora allí presente.

Un período de continuos fracasos irrumpe en la vida personal de Carlos. Quiebra la empresa carbonífera que administraba y la dura situación económica en Cuba obliga a Alice a buscar mejor fortuna en su país de origen. El esposo continúa dibujando en la casa de los padres, donde el vino minimiza las nostalgias de su provisional soltería.

Vuelve Carlos a Estados Unidos y allí trabaja junto a Robert Henri, considerado en aquel entonces “maestro de varias generaciones de artistas estadounidenses”. Intenta ganar dinero con sus pinturas, mas los periódicos y casas comerciales lo reconocen mal y lo remuneran peor. Su matrimonio también fracasa y la primogénita, Santillana del Mar, muere de difteria. A inicios de 1930 regresa a La Habana con su otra hija Isabetta.

Entretanto, la Revista de Avance auspicia una nueva muestra en la Asociación de Reporters de La Habana. Carlos lleva sus lienzos. Hay en ellos un leve matiz de expresionismo y ese toque erótico que la crítica conservadora se empeña en bautizar como “realismo exagerado”.

En uno de los dibujos se distingue una figura regordeta y grotesca, de rostro similar al del presidente Gerardo Machado. De inmediato, los esbirros destruyen esa y otras pinturas consideradas ofensivas para la gobernación.  Al sátrapa tampoco le hace gracia el arte del “pintorcillo atrevido” y luego se le escucha, amenazante, en una charla con el doctor Enríquez Costa:

-Bien, doctor, su hijo es un cabrón malcriado y si no sale de Cuba por su cuenta, y rápido, se la voy a arrancar, ¡carajo!

Sin embargo, entre la intelectualidad nacional de vanguardia, Carlos se lleva los aplausos. Y Jorge Mañach, entonces coeditor de la Revista de Avance, comenta que “…trae él a nuestro arte incipiente, tan lleno de lo medroso y de lo débil, una nota inusitada de valor y de vigor dentro de un orden puramente estético”.

De 1930 a 1934 Carlos Enríquez comenzó un viaje por distintos países europeos. Italia abrió el itinerario del joven pintor, pues encontrábase allí su amigo “Piojoloco”, relacionado ahora con ciertas vertientes del Futurismo. Carlos prefirió visitar los lugares de interés artístico para él, en vez de mezclarse con tendencias que le resultaban ajenas.

Siguió viaje a París. Montparnasse, “el barrio de los artistas”, lo puso en contacto con la flor y nata de la bohemia parisina. El café El Domo era sitio de habituales reuniones para los emigrantes y visitantes ocasionales de todas latitudes: Diego Rivera, Félix Pita Rodríguez, Pogolotti –cuando no estaba en Turín-, Luis Buñuel, Alejo Carpentier, Eduardo Avilés Ramírez, el japonés Foujita, César Vallejo.

Carlos Enríquez no solo se integró a los placeres de tertulia y alcohol de este grupo de intelectuales, sino que entabló relaciones con el movimiento surrealista francés, fundamentalmente el de izquierda.

Entre tragos, acuarelas y penurias económicas pasó sus días en París. Por intermedio de Félix Pita, Demetrio Korsi, corresponsal de la revista habanera Orbe, le hizo una entrevista en la que el pintor explicó la “sensación abstracta” de sus lienzos y valoró el arte académico como:

 “…una habilidad profesional donde huelga la creación y abunda la dispepsia sentimental del individuo, convertido en artesano –mediocre- de esta época, donde las máquinas de reproducción han alcanzado un grado tan sutil de perfeccionamiento”.

Al tiempo, Carlos se trasladó a España. En el Ateneo de Oviedo, centro de la industria metalúrgica española, el cubano exhibió varios cuadros que, según la prensa local, pertenecían a “las más modernas tendencias”.

Primavera bacteriológica, Pepita y Lolita, Retrato radiográfico, Crimen en el aire con guardia civil y La Virgen del Cobre integraron otra exposición personal en el Patronato de Turismo. Los óleos de Enríquez ruborizaron nuevamente al público, y gracias a la presencia de Wilfredo Lam y otros reconocidos artistas que siempre le acompañaban, el evento no se convirtió en funeral.

Derribado el presidente Machado, el zulueteño volvió a La Habana tras una arriesgada travesía como polizón en el barco inglés Órbita.

De potrancas y mulatas: el nacionalismo universal

Una vez en la capital, Carlos Enríquez hizo frente al estancamiento y mimetismo en que se hallaba la plástica cubana y aludió a la necesidad de una completa reforma de la Academia de Bellas Artes San Alejandro, a fin de “sobreponerse a los criterios mediocres y actuar solamente bajo el punto de vista artístico, en beneficio del país”.

El 1 de marzo de 1934 organizó un certamen en el Lyceum habanero, pero el mismo no pudo efectuarse por las quejas de varios asociados. No obstante, dos días después el doctor Emilio Roig de Leuchsenring prestó su bufete para que se reanudara la muestra. Respecto al éxito de la exhibición Marcelo Pogolotti refirió:

“…un grupo de intelectuales avanzados para aquella época, integrado principalmente por minoristas, pudo apreciar la calidad del tratamiento pictórico de nalgas y senos como el de otras formas cualesquiera, sin considerarlo indecente”.

Carlos Enríquez creció en fama y calidad artística. Las vicisitudes sociales, intelectuales y políticas de los cubanos se le antojaron motivo permanente de sus lienzos, permeados de mulatas fastuosas, de palmas y caballos, de ríos y campesinos, de una inquietud plástica que definió como criollismo o “los eslabones perdidos” del arte en Cuba. Con esfuerzos similares Amelia Peláez, Pogolotti, Abela y otros propusieron ensalzar en sus obras las fuerzas vitales de la nación.

“Para nosotros (…), lo esencial es sentir el ambiente, saturarse del medio y expresar después, de manera elocuente y sincera, esas interioridades que vienen a la mente como los guajiros endomingados al pueblo”.

En 1935 el Colegio de Arquitectos constituyó sede de la Exposición Nacional de Pintura y Escultura. Modernistas y academicistas –cada grupo en salones distintos-, más que presentar, enfrentaron sus creaciones. En el primer grupo sobresalían las obras de Carlos Enríquez, Víctor Manuel, Julito Girona, Rita Longa, Fausto Ramos, Fidelio Ponce y Amelia. Manuel García, rey de los campos de Cuba de Enríquez, resultó premiada.

Concebida en 1934, dicha pintura recreaba el personaje de un bandido que se había ganado las simpatías del pueblo por sus acciones como vengador de la manigua, a favor de la independencia nacional. Se cuenta además que despojaba de sus riquezas a los sectores explotadores y empleaba el botín para comprar armas y ayudar a los campesinos.

En su infancia, Carlos Enríquez escuchó muchas veces, de boca de los mayores, las increíbles historias de estos malhechores que frecuentaban los lomeríos cercanos a Zulueta.

Hacia 1936 Domingo Ravenet, Amelia y Enríquez coordinaron otra exposición en el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa con el objetivo de hacerle propaganda a los modernos.  A raíz de la muestra, el autor de Retrato radiográfico explica el término romancero guajiro desde su perspectiva de la autoctonía artística. Entre las principales pinturas del romancero está Campesinos felices, mezcla de dolor e ironía para exaltar la lúgubre estampa del campesinado cubano.

Al año siguiente el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de La Habana convocó a la Exposición de Arte Moderno, con sede en el Centro de Dependientes, un céntrico edificio del ambiente citadino. Carlos también asistió. Limpieza de elementales, Mujer en el platanal y El hombre de Las Casimbas pertenecen a este ciclo.

Otras presentaciones se sucedieron y a pesar de las antipatías habituales, los “modernos” enriquecieron aún más sus obras, incursionando incluso en el muralismo, aunque con menos aprobación para dicho estilo. De aquí se le conoce al zulueteño La invasión, homenaje a Antonio Maceo y su algarada al occidente cubano.

Instalado a la postre en el reparto San Agustín de los suburbios habaneros, El Hurón Azul devino su paraíso terrenal: los potreros y palmares colindantes con la finca excitaban la potencialidad innovadora de Carlos Enríquez, algo menguada tras la muerte del padre en 1937.

El período comprendido entre los finales de la década del 30 y primera mitad del 40 resultó de gran ajetreo profesional para el pintor: a la Exposición Nacional de 1938 envió El rapto de las mulatas, y resultó premiado, conoció a Eva Frejaville, la joven intelectual francesa que se convirtió en su segunda esposa, participó en otros certámenes y  decidió difundir su obra por el extranjero.

 Presentó sus lienzos en Nueva York y México, obteniendo merecidos elogios por el surrealismo que recreaba en los dibujos, un surrealismo sin dudas influenciado por la corriente francesa, pero ligado al realismo mágico latinoamericano, y exhibió Dos Ríos, uno de los ejemplares, como proyecto de mural.

Incursionó en la literatura y publicó las novelas Tilín García, La feria de Guaicanama y La vuelta de Chencho, todas dedicadas a su esposa y musa, Eva.

Para 1946 ya Haití, la Unión Soviética, Guatemala y Argentina conocen de sus óleos. El combate, Paisaje criollo, El baño de la Lola, El palmar, son aclamados por los más afamados eruditos del momento y logran una buena receptividad en los sectores progresistas haitianos. Germaine, una mulata burguesa de Puerto Príncipe, será su nueva inspiración tras el fracasado matrimonio con la francesa Frejaville.

Vuelto al Hurón Azul, Carlos Enríquez continúa pintando. La arlequina resalta entre las mejores muestras de la III Exposición Nacional de Pintura y Escultura. No obstante, las sempiternas juergas de alcohol le consumen y no solo la salud se debilita: la voluntad de oficio también va en declive y la técnica del fresco le resulta embarazosa.

Centrales, bueyes, cañaverales y su fiel canino Calibán constituyen ahora los objetos reincidentes de su obra. La bebida no corroe, por fortuna, su “bestial” imaginación. Autorretratos, ilustraciones para libros y nuevas colecciones componen la producción pictórica de esta etapa, que se extiende hasta 1951. También diseña la escenografía y el vestuario del ballet cubano Antes del alba, del coreógrafo Alberto Alonso, y participa en la exposición colectiva de arte cubano que aconteció en el Museo de Arte Moderno de París en ese año.

Mas, las carencias monetarias agudizan las penurias del autor de El rapto de las mulatas. El despilfarro de cuanto dinero le cae en las manos –ya sea para costear sus libaciones o regalar juguetes a los niños pobres de la barriada- lo obliga a ayunar con frecuencia y a vender algunos ejemplares de su cuentística y lienzos.

En 1953 Carlos Enríquez se divorcia por tercera vez. Dada su inestabilidad emocional y su deplorable salud, permanece varios días en el hospital Calixto García bajo tratamiento neurosiquiátrico. Allí conoce que Dos Ríos ha ganado el premio del concurso por el centenario de José Martí; sus amigos habían decidido enviar el cuadro al certamen.

Cuatro años más tarde, de vuelta a su paraíso del Hurón Azul, falleció. Entraba así a la historia como un destacado renovador de la plástica cubana, como el militante de izquierda que llegó a ser, con su pincel, el paisajista nacional por excelencia,  el verdadero rey de los campos de Cuba.     

 

Pinceles  para una Cuba en abstracto

Una mirada  profunda a  la composición plástica de Carlos  Enríquez, revela la excelencia de su obra. Alejada de todo facilismo, la pintura de este  artista, se caracteriza en el ámbito formal por la riqueza de color, el uso de las transparencias y por la persistencia de figuras sensuales,  mientras que lo temático insiste en la interpretación muy personal de su entorno inmediato.

Aun cuando algunos elementos de su técnica lo acerquen a la corriente surrealista, la presencia de lo carnal, el empleo de fuentes terrenales que alimentan su imaginación y su erotismo, lo sitúan entre lo más clásico del expresionismo cubano. 

El uso de varios recursos formales, como las transparencias, hacen que  el ambiente recreado por el pintor  parezca  imaginario, sin embargo todas sus pinturas apuntan a un mundo real y verificable.  Lo guajiro y criollo, poblado por bastas formas femeninas que desbordan una sensualidad inusual en la pintura cubana.

A criterio de algunos especialistas en artes plásticas, la transparencia en la obra de Carlos Enríquez lejos de simular  un entorno onírico, intenta comunicar su afán por el deleite de  las formas,  de manera que permita percibir varias de ellas a la vez, entremezclándose en la vista como en  el disfrute de varios estímulos simultáneos. (Situar una de sus pinturas). (Situar El  rapto de las mulatas –montaje a través de transparencias-)

Otra característica evidente en su forma pictórica es el uso de colores que confieren a sus cuadros una gran fuerza expresiva, azules, malvas, y sobre todo, rojos. Asimismo la luminosidad empleada por Carlos Enríquez, otorga a sus pinturas una incandescencia interior que redondea las formas y las hace traslúcidas; tal efecto produce una sensación de movimiento frenético.

La técnica de Carlos Enríquez, distinta a la pirotecnia decorativa abundante en la Isla durante los años treinta, marcó el inicio una nueva etapa para la pintura nacional.  Todas sus obras no solo aludieron a la realidad cubana de su tiempo, a través de la interpretación del paisaje guajiro, erótico y violento, sino que también enfrentaron las condiciones de oprobio del campesinado y proletario de la época.

Por su estilo tan personal, la obra de Carlos Enríquez no tuvo seguidores inmediatos después de su fallecimiento en 1957. Sin embargo, tal hecho no disminuye su importancia. La pintura de este zulueteño impulsó con nuevas técnicas la plástica cubana. Desde la humildad y la obstinación, rescató la esencia de su tierra; puso su arte a favor del progreso social y sirvió de ejemplo a generaciones posteriores que hicieron que la pintura cubana moderna alcanzaran logros definitivos.

OFRECE COCIERTO DUO DE YANET Y QUINCOSO

OFRECE COCIERTO DUO DE YANET Y QUINCOSO

El dúo de Yanet y Quincoso ofreció un cocierto en homenaje al natalicio de José Martí en la casa de la UNEAC en Caibarién. Centro Norte televisión publicó según el video el encuentro de Yanet y Quincoso con caibarienenses.

Fuente: periodista : Mary Alonso Sosa.

SE PRESENTA VIONAIKA MARTÍNEZ NUEVAMENTE EN CAIBARIÉN

SE PRESENTA VIONAIKA MARTÍNEZ NUEVAMENTE EN CAIBARIÉN

Vionaika Martínez, destacada interprete villaclareña, se presentó en la galería de arte de Caibarién ( Leopoldo Romañach) acompañada del trovador Alain Garrido.

SE PRESENTA GERARDO ALFONSO EN CAIBARIEN

SE PRESENTA GERARDO ALFONSO EN CAIBARIEN

GERARDO ALFONSO REALIZÓ UN COCIERTO EN CAIBARIEN COMO PARTE DE LA CLAUSURA DEL EVENTO : LONGINA, QUE AUSPICIA LA ASOCIACIÓN HERMANOS SAIZ. EL CANTAUTOR OFRECIO DECLARACIONES A CNTV. CANAL DE TELEVISIÓN DE CAIBARIEN.

ALTER EGO LLEGÓ A LA VILLA BLANCA

ALTER EGO LLEGÓ A LA VILLA BLANCA

La agrupación de cámara de pequeño formato Alter Ego se presentó en Caibarién. Una reseña de este concierto del trío santaclareño puede apreciar en el video realizado por la periodista Mary Alonso Sosa.

JOHN LENON EN CAIBARIÉN

JOHN LENON EN CAIBARIÉN

El ex-beatles Jonh Lenon fue recordado este mes de diciembre en Caibarién al cumplirse 30 años de su trajica muerte. La televisora local dio cobertura al concierto protagonizado en áreas del parque La Libertad. La periodista Mary Alonso Sosa dijo así del evento.(video)

SALON MARINA

Este evento sesionó en la galería de arte Leopoldo Romañach. Detalles de los sucedido allí, encontrá en el siguiente video. Conozca sobre los premios.

CAIBARIEN ESTUVO DE FIESTA TODA

CAIBARIEN ESTUVO DE FIESTA TODA

Por Mary Alonso Sosa:
Diciembre trajo otra vez a la calle nuestra más popular tradición: las parrandas que avivaron la fraternal rivalidad entre lomeros y marineros. En el encuentro el paseo de carrozas devino momento especial y esperado en esta fiesta.

La Loma presentó el proyecto Melodías del cielo de Raúl Tabío quien logró una fantasía musical donde el estilo clásico, barroco y renacentista conforman un espectáculo musical que baja del firmamento.

La marina inspirada en la cultura milenaria de la India hizo: la danza de Shiva, proyecto del remediano Roaidi Cartaya Carvajal. La historia se desarrolla en el templo de Tanjone, maravilla de simetría y diseño arquitectónico.

No faltaron en esta fiesta otros elementos típicos de la parranda caibarienense en la que lomeros y marineros sintiéndose vencedores aplaudieron su barrio y la fiesta toda.

PARRANDAS CAIBARIEN 2010

PARRANDAS CAIBARIEN 2010

Las parrandas Caibarién 2010 se celebrarán los días 18 Y 19 próximos. Para el buen desarrollo de las mismas se ultiman detalles. Con ese ahínco, entusiasmo y amor por nuestra tradición, lomeros y marineros se afanan por dar al pueblo su mejor esfuerzo.

Quizás alguien no satisfaga sus expectativas al concluir las parrandas, Sin embargo debe considerar que en tiempos de economía tumultuosa se logra mantener la tradición. Que más allá de aguardar por suntuosidades lo importante es festejar, divertirnos y amarnos como cangrejeros que confiamos en nuestra gente y en nuestra cultura.

Este fin de semana los caibarienenses cuentan con las tradicionales parrandas que hacen disfrutar del  espectáculo propio de estos días donde el fuego y la alegría se juntan para secundar la celebración de un año que casi termina.

Los barrios ultimas detalles y no quieren adelantar nada para que todo sea sorpresa para el pueblo.

ARTESANOS ARTISTAS DE CAIBARIEN

Cu’anto hacen los artesanos caibarienenses del proyecto Villa Blanca?...En este video una propuesta interesante del arte de estos creadores.

ENTREGAN PREMIOS EN EL SANTAMAREARE

RAUL MARCHENA FUE EL GANADOR DE LA NOCHE. OTROS ARTISTAS RECIBIERON LAUROS TAMBIEN EN LA 27 EDICION DEL CONCURSO SANTAMAREARE 2010 QUE AUSPICIA LA FILIAL DE CINA, RADIO Y TELEVISION DE LA UNEAC (UNION NACIONAL DE ARTISTAS Y ESCRITORES) EN VILLA CLARA. VEA EN EL VIDEO, QUE OCURRIO EN LA NOCHE DE PREMIACIONES EL 28 DE NOVIEMBRE DE 2010, EN EL CINE TEATRO AMERICA DE CAIBARIEN, SEGUN LO PUBLICO EL CANAL COMUNITARIO DE TELEVISION (CNTV) EN LA VILLA BLANCA.