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CAYOBARIEN

MUCHACHOS DE BARRIO

MUCHACHOS DE BARRIO

Por:JuanAntonio Pérez Sánchez. (Tony)

 

Caibarién 1949. A ganado diferentes premios en testimonios y cuentos.

´´ La gente se ríe y no cree más que lo que tiene enfrente de los ojos, pero tú no eres de ésos…´´ El cuentero mayor.

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La desgracia de Pancho fue aquel avión que pasó por mi barrio, al verlo me quedé pensando en cómo hacer algo parecido, conversé de mi idea con mi otro primo y tomamos la decisión de planteárselo para que él fuera el piloto probador,

Después, al salir de la escuela hablaríamos con él, no quisimos hacerlo en horario de clases para que no formara el berrinche y tener tiempo para convencerlo además él no las tenía todas con nosotros después de lo del almacén de fertilizantes ya estaba como el caballo que le dan por la cabeza ‘’, pero se lo buscó por la hechá pálante que nos dio con lo de la yegua de Miguel Cabello.

A las dos de la tarde ya estábamos en su casa, estaba rajando leña, nos sentamos en el suelo a esperar que él terminara.

--¿Qué les trae por aquí – vienen ayudarme, dijo con cara seria – estaba berriao con nosotros por lo del almacén.

--- Bueno si tenemos que ayudarte te ayudamos, paque somos familia –dijo Enriquito en tono de buena gente.

---- ¿Queremos hablar contigo?, -- dije.

---- Disparen y rápido – dijo Pancho ya en guardia.

--- ¡Viste el avión que pasó ayer!, ¡qué clase de caballo! Dijo Enrique con cara de admiración.

---- ¡Sí! -¿y qué? dijo él indiferente.

---- ¡Queremos que tú seas el piloto del que vamos hacer!- Enrique y yo --, le dije a quema ropa.

---- ¿Ustedes se creen que yo estoy loco, o soy comemierda? ---Dijo Pancho parando el corte de la leña.

--- ¿Quién dijo eso primo? -- dije en forma conciliadora.- lo que pensamos en ti por la fama que vas a coger en el barrio y por lo flaco y bajito que eres, pero si tú no quieres se lo proponemos a "Chachi" que ese si no es pendejo como tú y cuando se entere Teresita que te rajaste ´´ adiós Lola ‘’

---- ¡Oigan!, déjense de chismes, y no se pongan a comer mierda con eso que si se entera José de lo que ustedes están diciendo tremendo rollo se va a formar

--- ¡Aah!– vamos, no te pongas con esa que to´ el mundo sabe que tienes tremendo metió con la guajira. Té pasas el jodío día trayéndoles duro frío, pa mi que a esa la hicieron en una fabrica de hielo, -- dijo Enriquito poniéndose serio.

--- ¿Bueno te decides o qué?—dije puntualizando.

--- ¡Oye!, les dije que no, váyanse pal carajo y déjenme terminar – dijo Pancho ya berriao.

--- Tú te lo pierdes, --- le dijo Enriquito ya en la salida de la puerta.

--- ¡Aah! y olvídate de la merienda del recreo, nosotros no le damos comida a pendejos como tú—le dije, y nos fuimos pa el quiosco de Chicho.

---- ¿Chicho, dame un cawy? – pidió Enrique, y ponme un baso pa´ darle la mitad a Tony. Nos sentamos y después de saborear el refresco; empezamos a trazar nuevas estrategias.

--- Bueno, ¿qué hacemos ahora? - el hombre no tranza dijo Enriquito.

--- No te preocupes por eso que él se rinde mañana, cuando a la hora del recreo vea que no tiene merienda, viene mansito es enfermo a la materva y al queque con dulce guayaba, estoy seguro que no tiene un medio se lo ha comprao´ todo en duro frío pa´ la guajira – dije afirmando con la cabeza.

--- Bueno, y no me haz dicho cómo vas hacer el plan para el vuelo.

---- El plan que tengo pensao´, es fácil, envolvemos a Pancho de yaguas mojadas, rellenadas con yerbas, bien sujetas con ariques fuertes, cogemos dos pencas de palmas bien grandes del potrero se las amarramos a los brazos también sujetas con buenos ariques, le ponemos la mitad de la guira que tú mamá tiene en el patio para darle agua a los guineos en la cabeza, lo subimos al techo de tu casa esperamos una buena racha de viento,y lo lanzamos, seguro estoy que planea, --¿Qué te parece?

---- ¡Bárbaro! -- dijo Enrique, ahora lo más difícil es ligarlo pa´ el vuelo.

--- Si lo convencemos, el sábado por la tarde es la primera prueba – dije yo, con una sonrisa en el rostro.

--- ¡Hey!- muchachos que dicen los Sánchez --- dijo pepe Trujillo que llegaba en ese momento, con su sonrisa maliciosa y guiñando un ojo como si fuera una lechuza.

--- ¿Qué traman los muchachotes , qué están tan risueños?.

--- Na´ del otro mundo, conversando y pasando un rato, dije poniéndome en guardia.

--- ¿Ustedes no saben na´? , dijo Pepe abriendo los ojos como un cocuyo.

--- ¿Qué cosa?, preguntó Enrique. .

---- El rollo de los gatos puesto en el cubo de limpiar a Machito – dijo, mirando de reojo a mi primo, el maestro está con eso que trina, ¿me extraña que ustedes no sepan na´? , las clases empezaron tardísimo por cuenta de eso. .

--- No Pepe, nosotros estamos en otro lío y ni nos enteramos, ¿qué fue?, dije yo, con cara de incrédulo.

---- ¡Muchachos!,-- tremendo rollo, siguió Pepe contando, ustedes saben lo supersticioso que es ese viejo, y como les dije, le sonaron un gato amarillo chiquito en el cubo, y cuando lo botó; y viró, ya tenía otro dentro, se fue corriendo y lo volvió a botar y cuando regresó ya chispiao, de nuevo el mismo gato, ¡ahí mismo explotó! , se tiro de rodillas, se persignó, besó al gato, y le entraron unos temblores, que el maestro tuvo que llevárselo para la casa to´ chivao, tremenda jodienda se ha formao con eso - terminó diciendo Pepe,

---- ¡Chico si tú supieras, que ni nos enteramos de eso! - estamos en otro asunto más complicao—dijo Enriquito.

--- Bueno aquí entre nosotros, - dijo Pepe poniendo cara de buena gente, todo el mundo en la escuela esta diciendo que fueron Chano y tú el del jueguito,

--- Chico de mí pueden decir lo que le de la gana, como sé que no fui yo, a mí que me importa lo que digan, replicó mi primo ya molesto.

---- Bueno ´´Pepón´´ nos vamos viejo cuídate, mañana nos vemos en la escuela, --dije yo caminando, vamos a casa de abuelo Henri.

--- Este Pepe es un poco chismoso ahora lo que hace falta es que Chano suelte la lengua – dijo Enriquito a mediado del camino

Me levanté temprano, antes de acostarme hablé con mi padre para que me despertara cuando él se fuera para el trabajo, cosa que le extrañó mucho, me lavé la cara y con los dedos cogí un poco de pasta, me froté los dientes como pude, se me había perdido el cepillo, no podía cogerle el de mi hermana porque lo escondió, ella lo sabia y me estaba velando ,agarré la libreta de 20 cts., la única para todas las asignaturas , y me fui para casa de mi abuela , ya ella estaba levantada haciendo el café.

---- ¿Espera la leche? - me dijo

---- No estoy apurao´, --- conteste.

Le eché un poco de sambumbia a un jarro, me la tomé, y salí disparado para la carretera, ya en el portón me estaba esperando Enriquito,

--- ¿Vamos echando?—le dije a mi primo y salimos caminando,

El punto de reunión de todos los muchachos del barrio era el quiosco de Chicho ahí toda la tropa se reunía antes de empezar las clases para acordar los planes del día, nosotros a esa hora estábamos esperando a Chano y su hermano Pedro, que venían siempre juntos , ya casi estaba toda la ‘’tropa reunida’’, y solo faltaban la gente del Volcán, barrio vecino al nuestro y ellos , al poco rato llegaron, Chano con su acostumbrado palito en la boca y su sonrisa a carcajadas dando un manotazo a todo el mundo en la espalda y Pedro con su carga de libros y libretas , ‘’el filtro’como todo el mundo lo llamaba en la escuela que entraba en muy pocas ‘’jodederas’ , el ‘’profe’’le tenía buena estima , no porque fuera un baboso ni chivato , sino por su cara de buena gente e inteligente que fue siempre , cuando llegaron los dos, Enrique no perdió tiempo y le voló encima a Chano.

---- Chanin ven acá viejo.

---- ¿Qué pasa Morgan?;-- ¿qué es lo que hay?.

Así se le llamaban también a mi primo por el nombre igual al pirata Henri Morgan nos lo aprendimos de memoria por los teques de historia que nos metía el mestro

---- ¡Oye! , cierra el pico alardoso ese que tienes , no sea que hables demasiado y el maestro se entere del jueguito de los gatos , que todo el mundo está comentando que fuimos tú y yo , el viejo Machito trina con eso , y si el maestro le va con el cuento al viejo mío se ‘’Caga tinguaro’’, así que afina

--- Chico-- ¿cuándo tú me haz conocido por chivato, o lengüilargo, Morgan?.

- ---- ¡No!, no-- yo nunca, te lo digo para que estés avisao, por si alguien te mete el deo-- dijo Henry acercándose al oído de Chano y hablando bajito.

---- Olvídate de eso, no hay tema,-- aclaró Chano ya en vos alta, y se reunió con el grupo

---- ¿Ya se lo dijiste?--- pregunté yo.

---- Si,-- Vamos a ver que pasa, - contestó mi primo, -bueno vamos echando que ya el viejo debe de estar con la campana en la mano y hay que estar ‘’piano’’.

---- ¿Y pancho!- pregunté .

---- Déjalo, el siempre, llega de último, hasta que no llegue la ‘’guaji’’el no entra – contesto Enrique.

Pasamos por el lado de Machito que con la campana en la mano, parecía un monaguillo, dio cuatro campanazos, anunciando la entrada a clases, ya a las ocho en punto tenia que estar todo el mundo sentado, con su libreta lista; la disciplina era siempre muy rigurosa, el maestro no permitía jueguitos de ningún tipo, ni en el aula y mucho menos en toda la escuela, cuando el empezaba las clases no se podía ni mirar para atrás,

Cuando entró Pancho le di un codazo a Enrique, venía con cara sería con su andar característico; ni nos miró, cuando paso por nuestro lado, se sentó delante en la primera fila a la espera de comienzo de la clase, ya el maestro limpiaba la pizarra para poner la fecha del día

----- ¡Viste como viene el ‘’piloto’’!-- le dije a mi primo, casi en un susurro, para no despertar la atención del

---- Deja que empiece la clase pa´ pasarle un papelito, para verlo después del recreo en el bar de Hilario – dijo Enrique

En la clase el maestro metió un teque de geografía del cabo de San Antonio que se ‘’cagó el pato’’ya casi al terminar, sonó la campana anunciando el recreo, y nosotros salimos disparados para el bar de Hilario a esperar a Pancho que le habíamos mandado una notica y ni la cogió, la leyó de reojo cuando Manolito se la entregó.

---- ¿Lo de siempre macagua., [ apodo que yo tenía en el barrio.] ---dijo Hilario, abriendo el refrigerado comercial.

--- ¿Ahora no?--vamos a esperarlo – dije yo, sentándome en el asiento del mostrador.

---- ¿Vendrá?—dijo Enrique.

----- Eso te lo puedes jugar, ya te dije que el es enfermo a la materva—dije yo.

Nos quedamos un rato mirando para la carretera un poco impacientes, parecía que mi primo había cogido en serio la cosa, pero al poco rato;

---- ¡Qué te dije!- ‘’pinta’’, allá viene –dije mientras los dos mirábamos en dirección a la escuela.

Venía caminando con desgano, dándose importancia, sabía que lo estábamos esperando, cuando llegó sin que nosotros le dijéramos nada nos dijo con cara seria.

---- ¿Chico, siguen ustedes con la jodienda del avioncito?

--- Refresca, refresca, vamos a merendar y después hablamos—le dijo Enrique, poniéndole la mano por encima del hombro

--- Hilario ahora si—dije yo, sírvanos la completa que el ‘’piloto’’está sofocao´.

---- Si siguen con la chiveta me voy pal´ carajo---dijo Pancho molesto.

Cogimos los refrescos y los queques con dulce guayaba y nos fuimos para la línea, nos sentamos arriba de los rieles y empezamos a merendar, cuando terminamos Pancho se puso de pie con intención de marcharse;

---- ¿Dónde vas?, qué apuro tienes. Quédate aquí un rato con nosotros, vamos hacer las paces que hace días estás bravo y ya ni te reúnes con el grupo --- le dijo Enrique pasándole la mano.

----- ¡Cómo no voy a estar bravo chico! , ustedes tienen unos juegos muy pesados, casi los otros días me envenenan y ahora quieren que yo me tire del techo de tú casa con un invento del loco este, hasta cundo viejo –dijo Pancho ya berriao´.

---- Espera, espera, no te berrees, que lo del veneno te lo buscaste tú, además no fue pa´ tanto no seas aparatoso, nosotros no te íbamos a dejar que tú te lo tragaras --- dije yo buscando la forma de amortiguar la braveza de Pancho.

Cuando este iba a seguir ripostando, sonó la campana, anunciando la terminación del recreo, nos fuimos para la escuela, no sin antes acordar reunirnos en el quiosco después que se terminaran las clases para seguir la conversación.

Terminamos un poco tarde, después de las doce, el maestro se demoró un poco y aunque la campana sonó nos aguantó para terminar lo que estaba diciendo, él se emocionaba con historia que fue la que nos tocó a última hora, le gustaba aquella asignatura, parece que ese era su plato fuerte. Ya en la salida nos reunimos los tres y nos fuimos para el quiosco antes de que llegaran los demás. Chicho, como siempre , esperando por los muchachos para pelarles algunos centavos ,vendiéndoles caramelos y refrescos.

----- ¿Vamos pa´ casa de abuelo, almorzamos y luego viramos pa´ acá y seguimos conversando?--- dijo Enrique ya caminando en dirección a la casa. Todo el tiempo que estuvimos en casa de mis abuelos , estuvo callado , nosotros tampoco le dijimos nada estaba de mal humor , poco frecuente en él, tenía un carácter muy alegre y jaranero y siempre estaba con el bombillo de la maldad encendido , de los tres él era el más ‘’buena gente ‘’en el sentido de la unidad familiar ,pero se le ocurrían cada cosas , y las hacía con una calma espantosa , temerario en sus acciones y no era cobarde y además poseía el don del convencimiento , al que le bajara una ‘’muela’’ quedaba , era por así decirlo el ‘’Diplomático del grupo’’, pero para descubrirles una maldad que hacía a menudo había que ser un detective.

Recuerdo una acción que hizo, que nos dejó a Enrique y a mí boquiabiertos y además muy peligroso para aquellos tiempos, por el carácter revolucionario si se quiere que tuviera en esos momentos.

Corría el año 1958 ,año difícil , el movimiento revolucionario se extendía como pólvora por todo el país , las tropas de Camilo y el Che venían desde Oriente hasta Occidente , la guerrilla en la zona norte se fortalecía y esperaba a Camilo, Fidel en la Sierra Maestra le había dado un cuje a las tropas de Sánchez Mosquera que salieron cómo ´´ perro que tumbó la lata ´´ . Este oficial sanguinario y criminal se ensañó con el campesinado de aquella zona asesinando y robando antes de salir de la Sierra , a esta tropa le dieron la triste misión de perseguir a las guerrillas de Camilo y el Ché que pasarían por esta zona y aquí en mi barrio se dejaron una compañía de aquella partida de criminales , y el lugar que escogieron fue precisamente nuestra escuela , que como es lógico se suspendieron las clases .

Mi barrio muy humilde sabiendo ya el aval de esta tropa no salían ni al patio, tenían mucho miedo, ya por el mes de Marzo se habían pasado unos días difíciles, la soldadesca del régimen habían maltratado y además quemado la casa de los padres de tres muchachos de nuestro barrio que se alzaron, no tenían más de l8 años aquellos valientes, Diego, Justo y Macho Parra, cuando tomaron el camino de la libertad y la justicia. Nosotros acuartelados en nuestras casas. No nos dejaban ni movernos.

Lo primero que hicieron fue darle un culatazo al busto de Martí, para coger la base y plantar allí una ametralladora 50 que traían, eso hirió profundo el sentimiento nacional de nuestro barrio. Al enterarse el profesor ,hombre de unos sentimientos tremendos, se portó con una valentía, qué a todos nosotros nos llenó de orgullo, fue y se le encaró al oficial que comandaba aquella partida de rufianes sin sentimientos ,ni amor por la patria ,y le cantó las cuarenta , recordándole también aquella afrenta que hicieron los marines yanquis en la Habana cuando se orinaron en la estatua del Héroe Nacional ,.Parece que por ver la actitud de aquel viejo, o por que le quedaba algo todavía de sentimiento patriótico, mandó enseguida a poner el busto en su lugar y se disculpó con el profesor.

En mi barrio no había puesto de guardia rural ni de policía, las figuras más prominentes era el mayoral de la colonia y el dueño de la tienda que nos daba el poquito de crédito que se ganaba en aquellos tiempos de miseria y sufrimientos , y a esos nosotros los considerábamos como a personas que en algo representaban aquel régimen, y es que poco tiempo después aparece el caballo del mayoral desnucado en la tierra de los Clementes , con un gajo de púas amarrado debajo del rabo ,tremendo revuelo causó eso en el barrio, el caballo con el gajo pinchándole el fondillo salió disparado ,arrancó la estaca donde estaba amarrado y cogió una velocidad tal , que le pasó por el lado al trencito de pasaje que pasaba por mi barrio que venía de Caibarién a Chambas y a todas revoluciones entró por la portada de los Clementes y la estaca se trabó en los rieles que cubrían la entrada - ¡Y ahí mismo!-- no dijo ni ¡hay!.

Estos sucesos pusieron malo el barrio, hasta guardia rural y todo para las investigaciones, el mayoral daba cualquier ‘’ojo’’ por saber quien había sido , nosotros también metidos en el alboroto y los comentarios , no sabíamos nada , hasta que una tarde estábamos reunido el grupo, y llegó Pancho a reunirse con nosotros ,con una sonrisa maliciosa en su rostro, y en sus ojos se le notaba un fulgor extraño, lo miré y enseguida lo comprendí todo, habíamos nacido y crecidos juntos , yo no podía equivocarme ,cuando nos dijo

---- Je-Je- Je-- ¡Corría el caballito del mayoral! Lo llamé para un lado y acercándomele lo agarre por el brazo y le dije casi en un susurro:

--- Eso no se lo digas ni a tú madre, coño que esto si no es jodedera.

Me miró y con esa sonrisa maliciosa, sin asustarse siquiera, me contestó; --- Eso fue pa´ que no se burlen más de Martí esos ´´ hijos de puta´´

--- ¿Vamos echando?—dijo Enrique, después de habernos comido el plato de yuca con mojo que la abuela nos preparó, dándole descanso a la harina por ese día, ella siempre nos preparaba algo después que salíamos de la escuela.

--- ¿Para dónde cogemos? -- pregunté --- Vamos al quiosco, esperamos a los demás y nos damos un chapuzón en la poza --- contesto Enrique.

--- Vayan ustedes, que yo tengo que ayudarle al viejo esta tarde a sembrar un poco de maíz. —contestó Pancho cuando ya caminábamos para el quiosco.

---- Este lo que tiene es miedo de encontrarse con Avilio por lo de la yegua--- expuse yo, mirando a Pancho

----- Ya le salió la beta del ratón ---dijo Enrique.

----- Yo no le tengo miedo a nadie, Enrique, además yo no tengo la culpa, fui a la casa y en eso Miguel pasó y yo no lo vi. – dijo Pancho a modo de disculpa.

----- ¡No me digas! --dije yo, entonces el viejo mío es un mentiroso, a él fue el que Miguel le dio las quejas, y dijo que fuiste tú el que le avisó.

----Si Avilio se entera te pela, todavía tiene marcao el par de bainasos que le dieron – dijo Enrique poniendo cara seria.

----- Que sonaron duro por cierto, yo los oí en la mata que estaba trepao´ —dijo Pancho con esa risa maquiavélica que tenía.

--Nos vemos mañana, cuídense—dijo, y se fue caminando en dirección a su casa.

Lo de la yegua de Miguel Cabello fue obra de Pancho, él fue el de la idea , pero ya tenía pensado lo que nos iba hacer , aquella tarde la yegua estaba amarrada cerquita del río , la agarramos y la llevamos para el tubo , para echárnosla , y pusimos a Pancho a velar , por si el viejo venía a mudarla, y lo primero que hizo fue ir a la casa de Miguel y avisarles. El viejo cogió la vaina del machete y fue para allá y el que lo vio pudo salir echando por el platanar de los Monteagudo, pero Avilio que en esos momentos estaba ‘’ejecutando’’ fue el que le sonaron par de bainasos que sonaron como dos tiros de escopeta de cartucho, y Pancho trepado en la mata de guasima de su casa, viéndolo todo y riéndose;- - Por eso nos la debía y trazamos un plan para el desquite.

En nuestro barrio existía un almacén de la finca, allí se tenían todos los fertilizantes que se utilizaban en las labores agrícolas de aquellas tierras habían distintos tipos de productos, incluyendo el paration un polvo parecido al cresto de chocolate, que se vendía en la tienda, este insecticida es muy venenoso, los sacos traían todos, carabelas pintadas

Llegamos los tres al almacén, entramos por una ventana y llegamos a los sacos.

---- ¿El que no coja un puñado de paration en la boca es un pendejo?--- ordenó Enrique.

Ya él tenía guardado en el bolsillo una bolsita con polvo de cresto de chocolate, me dio un puñado a mi y el cogió el otro.

--- ¿Quién es el primero? – dije yo ya con el puñado mío en la mano.

----- ¡Yoo!- dijo Enrique.

Metió la mano en el saco, y se echó el polvo en la boca.

---- ¡yo ahora! -- y me eche el mío también,

--- ¡Yo también!-- se envalentono Pancho, y cogió el puñado de paration y se lo sonó en la boca.

--- ¡Ay Pancho te envenenaste viejo!- dijo Enrique, enseñándole la bolsa con cresto

Pancho abrió los ojos desorbitados, y se metió los dos dedos en la garganta que le llegaron por lo menos al esófago, y vomitó harina de una semana

---- ¡Corre métete fango en la boca y mastícalo!--- decía Enrique.

allá va Pancho corriendo como un loco, asustado a comer fango.

---- ¡Ay me envenenaron hijos de puta!-, gritaba Pancho masticando el fango y escupiendo.

Hasta que se armó de piedras, y tuvimos que salir a toda carrera, Por todas esas cosas que le habíamos hecho, estaba mal con nosotros; y era difícil convencerlo para el vuelo.

La posa ,[ o río] , que pasaba por mi barrio , esta era el centro de reunión de toda la muchachada , después que se salía de clases contando también los sábados y domingos, era un tubo grande ,por donde pasaba la línea del ferrocarril, por ahí pasaba un arroyo que en días de lluvia cogía buena profundidad y tardaba bastante tiempo en secarse ,allí se hacían competencias de todo tipo , clavados, buceos ,dándole la vuelta a toda la posa , era la piscina nuestra en aquellos tiempos , como allí se reunía todo el grupo , se hacían planes y se cerraban negocios al igual que el quiosco, se pasaba buen rato. Esa tarde nosotros teníamos un propósito, hablar con Chachi para que fuera una especie de carnada, para que delante de la guajira dijera que él era el que iba a probar el invento del avión para que Pancho se sintiera ofendido, al no participar , cosa que extrañaría a la guajira ,sabiendo ella que nosotros tres, siempre estábamos juntos en las buenas y en las malas

Cuando llegamos ya todo el grupo estaba en los trajines del chapuzón, buscamos con la mirada a Chachi, pero no había llegado, cosa extraña, el siempre llegaba de los primeros.

--- No lo veo, dije.

--- No ha llegado, vamos a esperarlo un rato --- Repuso Enrique. ---- ¿Nos bañamos?-- pregunté.

---- ¿No? – Lo esperaremos sentado en el tubo, si no viene nos tiramos—dijo Enrique

Nos sentamos a contemplar la competencias de clavados que tenían esa tarde todo el grupo, la tirada era de arriba del tubo, nosotros mirando y esperando que llegara Chachi, para amarrar la tarea

--- ¿Tú crees que aceptará?- pregunto Enrique,

--- Yo creo que sí, pero él no se va vació, por lo menos hay que ofrecerles la merienda de dos días—contesté yo.

--- ¿La tuya? – dijo Enrique.

--- ¡Claro que sí!-- yo soy el del invento,-- Contesté

--- ¡Allá viene!, dijo Enrique, señalando para la línea.

Cuando llegó, lo llamamos enseguida, y nos sentamos los tres a conversar, Enrique le detalló el plan completo, además lo del pago de dos días de merienda si cumplía con éxito la tarea.

---¡ Mañana en el recreo está cumplida! —dijo, y se levantó para quitarse la ropa y acto seguido se zambulló, lanzándose de cabeza en el medio de la poza

Llegamos temprano, ya todo el grupo estaba esperando el toque de la campana para entrar, ya el maestro estaba dentro, preparándose para empezar. Era viernes, último día de clases de la semana y todo el mundo llegaba alegre, teníamos sábado y domingo libres, Pancho separado un poco de nosotros conversando con su ‘’adorado tormento’’, se le notaba alegre, con su lápiz entre las orejas y su libreta como todos nosotros, en el bolsillo de atrás del pantalón. Chachi, esperando una oportunidad para sonarle el casete delante a la ‘’guaji’’, si la cosa salía bien y mordía el anzuelo, mañana sábado seria la prueba

Sonó la campana, tocada magistralmente por Machito y entramos, no sin antes hacerles un guiño de ojo a Chachi para que estuviera preparado. Las clases pasaron sin novedad, la campana para el recreo tocó a su hora y nosotros fuimos los últimos en salir, no teníamos apuro para ir al bar, hasta que Chachi se arrimara a Pancho, que conversando con Teresa, nos estaba esperando, Enrique fue para el baño para demorar la salida, tiempo que aprovecho Chachi para sonarle el plan que habíamos trazado.

Salimos los tres para el bar, por la seña que nos hizo, comprendimos que el plan había sido ejecutado, solo nos tocaba esperar el resultado.

Ya sentados en el mostrador, tomándonos y comiendo la merienda acostumbrada, Pancho no se podía aguantar, y terminando de tomarse el último sorbo, de la botella de materva; ’’Explotó’’

---- ¿Ya ustedes metieron al mono ese en el grupo?--- dijo molesto Pancho,

----- ¡No, no!--él va ser la prueba que tú no quisiste--- repuse yo,.haciendo una seña a Enrique

----- Nosotros te lo dijimos, que íbamos a hablar con él, porque tú te apendejastes--- replicó Enrique, echándole más leña al fuego

----- Que chivao´ me tienen ustedes con el jodío invento del loco este, lo voy hacer para que el mono ese no ande haciéndose el guapetón delante de to´ el mundo--- dijo Pancho ya encabronado.

---- ¡Que bárbaro!--- que te decidiste al fin, compadre, choca esos cinco--- alcé la mano y Pancho con pocas ganas, chocó la mía.

Sonó la campana y los tres nos fuimos para la escuela, seguros de reunirnos después de coger algo en casa de los abuelos, para seguir el plan, y contarle a Pancho cómo sería el vuelo.

---- ¿Por qué tengo que llevar esa gúira en la cabeza?--- dijo Pancho, ya sentados tranquilamente en el quiosco, trazando el ‘’plan de vuelo’’con el futuro piloto

---- ¡Chico tenemos que cuidarte el moropo!, no valla a ser que aterrices de cabeza --- contestó Enrique, con una sonrisa.

--- No tenemos más na´, lo bueno fuera un casco, pero no lo tenemos – afirmé yo.

--- Bueno, yo creo que todo está cuadrao´ y listo para mañana por la tarde hacer la prueba --- dije yo, mirando a los dos. .

---? Vamos a darnos un chapuzón y hablar con Chachi para dejarlo de emergente, para que no se ponga bravo --- dijo Enrique, mirando a Pancho, no vaya a ser que este a última hora se raje.

--- Morgan, cuando yo digo que sí, es eso --- dijo Pancho, parándose y caminando ya en dirección al río,-- Vamos echando.

No pude dormir casi en toda la noche pensando en el vuelo ,y cómo sería , mentalmente repasé todo lo que haríamos. En esos pensamientos me quedé un poco embelesado, entre sueño y despierto veía a Pancho volando, nosotros debajo de él esperando que bajara lo vi que se alejada y se alejaba, tomando altura perdiéndose en el cielo , di un brinco y quedé sentado en la cama , lleno de sudor ,por la pesadilla , no pude dormir más,

Llegue temprano a casa de Enrique, todavía con un poco de sueño de la mala noche y acordándome de la jodía pesadilla, no se la conté a Enrique, para que no se riera de mi, pero es verdad que me sacó buen peo, ya el estaba con los bueyes enyugados, para traer un viaje de agua en la rastra cuando llegué junto a él, ya estaba montando los tanques,

---- ¿Te ayudo?

---- Si quieres-- dijo Enrique.

---- Cargamos y viramos en seguida, es un solo viaje – dijo Enrique, arriando los bueyes.

---- ¿Y Pancho?

---- Debe venir más tarde – me contestó Enrique.

--- ¡No se habrá rajado!

--- Si se raja tiene que irse del barrio, ya esta comprometio, seguro que ya se lo dijo a la ‘’guaji’’--- dijo, Enrique,

Llegamos, y empezamos a descargar los dos tanques de agua a cubo, ya terminando el último, sonó una tremenda piedra en un tanque ya vacío tirada por Pancho, que riéndose de la gracia, venía llegando,

---- ¿Qué hay? – su saludo característico

---- Aquí , trabajando, tú siempre llegas tarde – le repuse yo.

---- Estaba ayudando a abuelo, a sacar un poco de frijoles a secar—argumentó Pancho.

---- ¿Que hacemos?—Preguntó Enrique.

---- Lo primero es recoger el equipo que está en el potrero, después es recoger las yaguas para meterlas en agua para sacarles los ariques y que estén suaves---- dije yo.

--- ¿Y la escalera?--- dijo Pancho

--- La recogemos en el rancho de Benítez--- Contesté yo.

Todo estaba listo para el vuelo de Pancho, solo faltaba, almorzar y después lo prepararíamos.

La tarde estaba fresca, un brisote fresco bañaba el lugar, nosotros, escalera en mano por detrás de la casa, mirábamos el lugar más apropiado para ponerla. Al fin, la colocamos y subimos las pencas que eran demasiado largas para que Pancho las llevara puestas.

.Ya forrado en yaguas y relleno con yerbas, cogimos los ariques y nos subimos al techo. En el techo amarramos bien las pencas a los brazos de Pancho, le ajustamos el casco de gúira en la cabeza. Cogimos las puntas de las pencas, para mantenerlas erguidas, solo faltaba un poco de aire para soltarlo.

La altura era considerable .la casa era bastante alta. y nosotros trepados en el caballete mirábamos a Pancho que parecía ,mejor un espantapájaros que un piloto .

----- ¡Que bien te queda el casco de gúira Pancho!--- dijo Enrique riéndose.

-----Apúrense con esto que ya me estoy cansando del jueguito- -- dijo Pancho ya impaciente.

---- ¿Ahoraaa?—dije yo, y lo lanzamos.

El casco de gúira lo perdió en el aire, Qué va a planear, ni planear, calló como una bola enredado en todo aquello.

---- ¡Corre Enrique que se mató¡--- dije yo asustado.

Bajamos corriendo del techo y lo encontramos enredado con todas las pencas y ariques, lo quisimos levantar y metió un grito como el de Tarzán tenia un brazo al parecer, partido y golpes por todos lados.

---- ¡ay! - -¡ay!-- estoy reventao´ coño, gritaba

---- ¡Escupe!—le decía Enrique, para ver si estas reventao´.

--- ¿Ve y avísale a tía, corre?---dije yo---dile que se calló de la mata de chirimoya.

Le quite rápido todo el traje de vuelo, cada vez que lo tocaba metía un grito del carajo

---- No seas cobarde que no es na´ – decía yo con voz asustada.

--- ¿Qué fue?—preguntó tía que llegaba con Enrique.

--- ¡Se calló de la mata tía!-- creo que tiene por lo menos un brazo partio´.

--- ¡Pero Pancho viejo!--ustedes no escarmientan, decía tía lamentándose.

---- ¡Enrique!, corre y mira a ver si la máquina de Ignacio esta en su casa.

--- ¿Pancho, tú puedes caminar viejo? , preguntó mi tía.

A duras penas pudimos levantarlo, era un grito vivo, lo llevamos poco a poco para la carretera

La tía vino rápido para cambiarse.

--- ¡Mamá ¡- no esta la máquina.

Al fin paró un camión y montamos a Pancho, que el pobre era un puro dolor.

--- ¿Tony, avísale a Martínez? , y cuéntale lo que le pasó. —dijo tía Aidé.

Ya tarde, llegaron con Pancho, que se había partido un brazo, dislocado una clavícula y golpes por todo el cuerpo.

. --- ¿Cómo está? –le pregunté a Enrique cuando lo trajeron

---- Está bien, tiene más yeso puesto que una momia, lo inyectaron con un calmante ahora está durmiendo.

--- ¿Vamos a verlo?—le dije a Enrique.

---- Debe estar dormio´ por las pastillas -- Me dijo.

Llegamos a su casa los dos, silenciosos, entramos y miré para su cama, me asusté, parecía de verdad una momia egipcia, tenía yeso por todas partes

. --- ¿Cómo está? ,-le preguntamos a la madre. ---- Se durmió ahora, por el calmante, -- me contestó.

Fuimos a su cama, y nos arrimamos a sus pies, Enrique suavemente le tocó los dedos, abrió lentamente sus ojos adormecidos aún por el calmante y cuando nos vio, los abrió desorbitadamente, como si hubiera visto un par de fantasma, y de lo más profundo de su ser, nos dijo,

--¡Ustedes ven hijos de puta que casi me matan y no volé!

FIN

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